Los principales candidatos presidenciales de México lanzaron sus campañas hoy prometiendo adoptar una línea más dura contra Donald Trump, y el líder izquierdista prometió que su país ya no es la "piñata" del presidente de Estados Unidos.
Justo cuando los candidatos estaban dando los toques finales a sus discursos de campaña de apertura para las elecciones del 1 de julio en México, Trump estrelló la fiesta de lanzamiento a través de Twitter, acusando al país de hacer "muy poco" para detener la migración ilegal y las drogas, y renovando su amenaza a eliminar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
El veterano izquierdista que encabeza las encuestas, Andrés Manuel López Obrador, y su rival conservador, Ricardo Anaya, respondieron con dureza al presidente republicano, cuyas diatribas antimexicanas e insistencia en que México pague por su planificado muro fronterizo lo han vuelto sumamente impopular. aquí.
"Vamos a ser muy respetuosos con el gobierno de Estados Unidos, pero también vamos a exigir que (Estados Unidos) respete a los mexicanos", dijo López Obrador a una multitud que lo vitoreaba en Ciudad Juárez, en la frontera con Estados Unidos.
“Ni México ni su gente serán la piñata de ningún gobierno extranjero”.
López Obrador, exalcalde de la Ciudad de México, repitió su crítica de larga data al muro fronterizo planeado por Trump.
“Que esto se escuche de cerca y de lejos: ni los problemas de seguridad ni los problemas sociales se pueden resolver con muros”, dijo, condenando la “política exterior equivocada” y la “actitud despectiva hacia los mexicanos” de Trump.
Anaya, quien está enfrascado en una batalla brutal por el segundo lugar con el candidato del partido gobernante José Antonio Meade, prometió responder a Trump con una "postura fuerte y digna", y desafió al presidente de los Estados Unidos a tomar medidas en asuntos de seguridad en su propio lado del frontera.
“Así como Estados Unidos está preocupado por los inmigrantes indocumentados, México está preocupado por el tráfico de armas”, dijo.
“El ochenta por ciento de las armas que se usan para matar personas en nuestro país provienen de Estados Unidos”, agregó, en referencia a una ola de violencia impulsada por los carteles de la droga que ha dejado más de 200,000 muertos en México desde 2006.