CIUDAD DE MÉXICO (Reuters) - El gobierno de México anunció el martes la primera fase de un ambicioso plan de infraestructura suscrito por el sector privado, que cubre una amplia gama de proyectos de transporte y otras obras públicas durante cinco años.
El plan compromete compromisos del sector privado por un total de 859 mil millones de pesos ($ 44.3 mil millones) repartidos en 147 proyectos.
Los principales sectores cubiertos por el plan son el transporte, el turismo y las telecomunicaciones.
Se estima que los proyectos de transporte por sí solos, incluidas carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos, costarán casi 284 millones de pesos (14.7 millones de dólares) hasta 2024, o un tercio del objetivo de gasto del plan, dijo el gobierno.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que una segunda fase de proyectos de infraestructura se anunciará en enero y se centrará principalmente en el sector energético.
“Hemos unido fuerzas para crear un mecanismo que permita acelerar las iniciativas de proyectos de infraestructura del sector privado”, dijo Carlos Salazar, jefe del principal consejo empresarial de México, CCE, en el evento de anuncio del plan.
López Obrador, quien ha tratado de recortar el gasto del gobierno durante su primer año como presidente, describió la primera fase del plan de infraestructura como una sacudida para la economía de México.
“Estamos dando un gran impulso con este programa de inversión”, dijo, mientras felicitaba a los líderes empresariales reunidos por su compromiso “cívico y social” con el crecimiento futuro de México.
El hombre más rico de México, Carlos Slim, cuyo holding Grupo Carso está involucrado en el plan, dijo después del anuncio que existen condiciones atractivas para las inversiones impulsadas por el sector privado.
“Hay finanzas públicas saneadas con mucha disciplina por parte del sector público… y creo que eso da mucha confianza a la inversión privada, que es la que está disponible”, dijo.
A medida que el crecimiento se ha enfriado, el gobierno de López Obrador se ha fijado como objetivo un superávit presupuestario primario del 1% este año en un esfuerzo por proyectar la responsabilidad fiscal.