CIUDAD DE MÉXICO (AP) - Furiosos por la corrupción y la violencia en espiral, los votantes mexicanos desataron un terremoto político el domingo al elegir a un activista izquierdista como presidente y darle un mandato amplio para derrocar al sistema político y gobernar para los pobres.
Un conteo rápido oficial a altas horas de la noche de las autoridades electorales pronosticó que Andrés Manuel López Obrador ganaría con entre el 53 y el 53.8 por ciento de los votos, un margen notable que no se había visto en el país durante muchos años. Una destacada encuesta a boca de urna predijo que los aliados de su partido estaban preparados para obtener grandes victorias en el Senado y la Cámara Baja, posiblemente mayorías absolutas en ambos.
López Obrador, quien hizo campaña con los votos de transformar México y derrocar a la "mafia del poder" que gobierna el país, se enfrentó a la ira y el descontento generalizados de los votantes con el gobernante Partido Revolución Institucional, o PRI, del presidente Enrique Peña Nieto y había liderado las encuestas de opinión desde el comienzo de la campaña.
El PRI, que dominó la política mexicana durante casi todo el siglo XX y recuperó la presidencia en 20, iba a sufrir grandes pérdidas no solo para la presidencia, sino también en las elecciones a la baja.